¿Recuerdas
lo que era "llamar a casa de" en lugar de "llamar a"? ¿Cómo
te las arreglabas para encontrarte con alguien cuando surgía un imprevisto, no
podías avisarle porque ya había salido de casa y no existían los móviles? ¿Cómo
podías trabajar sin correo electrónico? ¿Cómo hacías acopio de valor para,
además de pedirle el teléfono a un/a chico/a llamabas a su casa y tenías que
explicarle a su padre quien eras?
Parece
increíble, pero sí, así nos hemos apañado durante siglos, y aunque
indudablemente, el móvil e internet, nos han facilitado mucho la vida en
múltiples aspectos, también pueden acarrearnos serios problemas si no
controlamos su uso.
Cada vez son
más las personas que buscan ayuda profesional para superar la adicción a las
nuevas tecnologías. No existen demasiados estudios estadísticos fiables debido
a que se trata de una dependencia relativamente reciente, pero según el
instituto valenciano de ludopatía, se estima que hay una prevalencia de esta
patología en la población que oscila entre el 5% y el 8%, y las previsiones son
que ese porcentaje aumente.
Nadie escapa al influjo del
whatsapp, las notificaciones de las redes sociales o a las partidas de juegos
on line a través del móvil. Raro es ver a una persona sin conexión a internet
en su móvil, encontrar un hogar sin varios ordenadores, incluso, raro es
encontrar a un niño de 12 años sin su propio terminal con tarifa de datos.
Pueda parecer que sin móvil sin internet no eres nadie, o que ya es inherente a
la naturaleza humana comunicarse a través de él.
Los smartphone hacen que el acceso a internet esté permanente e inmediatamente disponible. A cualquier hora, en cualquier lugar, con solo un pequeño gesto. Así ha dado lugar el nuevo trastorno conocido como crackberries, personas que revisan cerca de 400 veces en su móvil si tienen mensajes, notificaciones, y con ello, a un nuevo problema, el FOMO, el miedo a perderse algo, que provoca que la persona esté comprobando permanentemente sus notificaciones y whatsapp.
Así pues,
¿Cuándo dar la señal de alarma? Debemos empezar a preocuparnos cuando el tiempo
de conexión a internet o al móvil exceda los límites razonables, aunque no es
tan solo una cuestión de cantidad. Lo que caracteriza a una adicción es la
pérdida de control que la persona experimenta así como la medida en la que
interfiere nuestras actividades de la vida diaria.
Si nos pone
nerviosos que nos interrumpan, si somos incapaces de acabar con la conexión si
nos instan a ello, si no podemos terminar ninguna tarea que empezamos porque
estamos todo el tiempo usando y mirando el móvil, si merma nuestra efectividad
laboral o si nos interfiere en nuestras relaciones con los demás... éstos son
algunos ejemplos que deberían hacer saltar nuestras alarmas.
Seamos
consientes de la bondades de las nuevas tecnologías pero también de sus
riesgos. No solo desde el punto de vista psicológico y social como ya hemos
apuntado, ya que, además, la "ciberdependencia" acarrea gastos
excesivos de dinero, disminuye nuestra calidad del sueño y puede tener
consecuencias trágicas sobre la conducción y la seguridad vial.
Hagamos un
uso responsable de ellas y animemos a nuestros amigos y familiares a hacer lo
mismo.
Como en
cualquier dependencia, el primer paso para salir de ella es reconocerla y
después buscar ayuda profesional. En Fent Psicologia estamos para ayudarte. Si
tienes alguna duda, quieres realizarnos una consulta o pedir cita, estamos a tu
disposición. Recuerda que nuestra primera visita es gratuita.
Servicio de Coaching, Psicología y Peritaje.
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Fent Psicologia. Visítanos en C/ Salamanca número 30.
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