martes, 16 de julio de 2013

CARPE DIEM



 

CARPE DIEM 

 
A veces pareciera que decir “Vivamos el presente” es una perogrullada. ¿Qué si no? Sin embargo, constantemente nos encontramos encadenados a un tiempo que ya no es o a uno que aún no es, por lo que estamos dejando escapar toda posibilidad de abrazar el PRESENTE.

No se trata de despreciar las enseñanzas pasadas, ni tampoco de descuidar la planificación y la previsión por el futuro, pero sí de buscar un equilibrio que nos ayude a quedarnos con lo mejor de cada una, y sobre todo, con lo mejor de nosotros mismos.

 ¿Cuáles son las principales dificultades a las que nos enfrentamos en este sentido? Aquí cuatro situaciones en las que todos nos hemos visto reflejados alguna vez.

§  Recordamos y damos vueltas a algo negativo que sucedió en el pasado negándonos la posibilidad de pasar página. Esto nos como factura una buena dosis de desgaste emocional y hasta físico.

§  Nos anclamos en alguna cosa buena, positiva del pasado que ya no está. La carga extra de nostalgia nos aboca al inmovilismo, al no afrontamiento del cambio.

§  Anticipamos miedos o preocupaciones excesivas por cosas que están por llegar. Las creencias catastrofistas sumadas a nuestra pésima capacidad para predecir el futuro nos exponen a la ansiedad y el sufrimiento en vano.

§  Ensoñamos en exceso sobre aquello que anhelamos conseguir, sin llegar a pasar a la acción.





El primer paso para superar una dificultad es ser consciente de ella y después, por supuesto, ser proactivos, querer crecer, evolucionar. Estos dos primeros pasos corren de tu cuenta. Para el tercero te brindamos una serie de pequeñas estrategias, a modo de guía, que tratan de entrenar en nosotros la capacidad de vivir el presente:

1.       Obsérvate y conócete. Sé conscientes de cuándo, por qué, cómo nos centramos en exceso en el pasado o en el futuro. Practicas la introspección es un ejercicio muy útil para el fenómeno de “darnos cuenta”.

2.       Reconoce la singularidad irrepetible de cada momento. Practica a diario el ejercicio “Lo bueno del día” que consiste en recoger al final de cada jornada aquella/s cosas que te han hecho sonreír. Saboréalas y recréate en ellas. No es necesario que sean grandes acontecimientos, de hecho, las mejores épocas son la suma de pequeños momentos felices.

3.       Cultiva y alimenta el sentimiento de gratitud por el momento presente.

4.       Aprende del pasado y reconcíliate con él. Llegados a este punto deberás practicar la habilidad del perdón; hacia los demás y también, y muy especialmente, hacia uno mismo.

CARPE DIEM

Gustavo R. y Diana P

www.fentpsicologia.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario