sábado, 19 de enero de 2013

"El amor no entiende de porcentajes…"

El amor no entiende de porcentajes…

Oh el amor de pareja, que bello y enigmático elixir, el cual nos arrastra con su “aparente” casuística. Todo un motivo que nos hace ver la vida con otro estado de ánimo, mejora nuestra salud cardiovascular, aumenta nuestra autoestima y nos provee de vitalidad, vitalidad que parece no cumplirse en todos los casos,…
…, es curioso, pero para Drefahl y sus colegas (IDRA,2010) no es así la dulce realidad. Estos muchachos analizaron datos de dos millones de parejas (casi nada), afirmando el frío resultado respecto a la esperanza de vida en las relaciones de matrimonio, según la edad de cada uno de sus miembros.

Al parecer si eres mujer tienes menor esperanza de vida si es que te casas con un hombre más adulto que tú, pero es aún peor si decides casarte con un hombre entre siete y nueve años más joven, ya que en ese caso las probabilidades de que una mujer no supere los 65 años de vida se incrementan en un 20%. Este estudio ha sido contrastado con otros que también afirman que en el caso de ser varón es diferente. Si un hombre se casa con una mujer más joven (entre 15 años más joven) la probabilidad de morir antes de los 65 años se reduce en un 20%.
El cuadro parece sacado de una novela: Si la mujer joven se casa con un hombre mayor, ésta disminuye sus expectativas de vida, pero él las aumentará considerablemente si se casa con dicha joven, ¿crueldad del destino o variable espuria? (no hay ninguna respuesta concluyente a este hecho).
No todo está perdido, ya que las mujeres que se casan con hombres coetáneos viven más, por ello y aunque el juntarse con otra persona no se base en un solo factor, es de considerar que hoy en día las personas que se “prometen amor eterno” prolongan más su vida en comparación con las personas que se quedan solteras y sobre todo si los solteros son hombres. Parece que Adán sigue siendo un don nadie si no está Eva (Dios fue un tipo listo).
Dicho lo dicho y sea cualquier estadística aplastante la que nos brinde la ciencia, quizás lo bello del amor, que no lo tiene otro cosa, es ese hermoso salto de trampolín sin importar que tan honda es la piscina. Ese rechazo a la máxima obviedad, ya que en fin, siempre hay historias “del amigo de un amigo” que reforzarán nuestras ideas de que nuestro amor, es bueno y vale la pena.
Por y para siempre, qué bello es el amor…

Somos FentPsicologia, el gabinete de atención psicólogica y couching, visítanos.

martes, 8 de enero de 2013

Asesinos Masivos: “Más allá de la Locura”


Asesinos Masivos: “Más allá de la Locura”

A  un mes de recordar el fatídico atentado de Adam Lanza en el estado de Connecticut, se han  vuelto a levantar los fantasmas de los asesinatos masivos y las típicas explicaciones a los hechos. 
Por más terrible  y oscuro que pueda llegar a ser el asesino,  he visto las fotos  en las que salía  Adam de adolescente, no he podido evitar mirarle a los ojos, y preguntarme ¿cómo una persona llega a matar indiscriminadamente?, ¿qué tan largo y solitario es el camino que conduce a ese desenlace?,...,  la mayoría de los criminales  no se han concebido de la noche a la mañana, la súbita idea del  placer por matar no aparece sin más.
Muchos  asesinos tienen una larga trayectoria donde han expresado su dolor, frustración y malestar (tal como la sensación de amenaza o de vulnerabilidad e incapacidad para hacer frente a diferentes circunstancias , desde un modo convencional). Ellos han llenado blogs, emails, han sido motivo de denuncias;por no decir casi todos, han tenido alguna dificultad para discernir si tenían ideas psicóticas, de hecho han pasado por un médico de atención primaria, se les ha recetado algún psicofármaco, pero a pesar de su  dolor, fueron minusvalorados o desatendidos por las familias, profesores o sanitarios que les conocieron.
Por ello, la información dada en los medios de comunicación, me produce una enorme decepción, ya que atajan con mediocridad por el camino fácil: “armas más locos es igual a destrucción” (parece que los columnistas ya saben sumar y que los psiquiátricos deben de estar bien lejos de Walkmart). La verdad es algo distinta, ya que la tasa de asesinatos  por criminales enajenados no difiere de la tasa de asesinatos cometidos por personas que no padecen ninguna enfermedad o trastorno mental; mas bien , lo que comparten  ambos  grupos es lo que se conoce como el “Síndrome de Amok”  donde la persona tras un período de preocupación o depresión moderada, aparentemente no provocada, le sigue  un comportamiento asesino o destructor de los demás, tras ello, el asesino sufre un periodo  de amnesia, agotamiento o de un viraje hacia un comportamiento auto-destructivo, llegando hasta el suicidio". 
Además de ser una explicación muy  gráfica, también  nos ayuda a entender el porqué de que los asesinos en masa suelan ser personas distintas entre sí (por ejemplo los asesinos de la escuela de Columbine, eran completamente diferentes, tanto a nivel de  carácter, como de interacción, relaciones y nivel de adaptación con el entorno social) y eran personas diferentes más allá de las pistola  y el revolver.
Por otro lado los asesinatos masivos, no pertenecen, estrictamente a una sociedad en particular, es cierto, se da más en ciertas sociedades que en otras, pero el problema rebasa las fronteras.   Alemania es un país con 38 millones de personas y tiene en su haber alrededor de  cinco asesinatos masivos,  Finlandia tres,  le siguen de cerca, con dos masacres, Canadá, Brasil, México. No muy lejos, España, en Octubre del año pasado estuvo a punto de tener su propio asesino masivo en Mallorca.   Estados Unidos, quien entabla la posición de asesinatos masivos con el escalofriante número (aproximado) de  quince matanzas, es un país con más de 308 millones de personas (más de ocho veces Alemania) por lo cual es lógico que sus efectos se reproduzcan exponencialmente en comparación con otros países. 
Aunque  Estados Unidos sea un país donde es relativamente fácil comprar armas, también es fácil  en Cánada,  algunos países sur americanos  y  en Suiza, que aunque las armas son del ejercito, es obligatorio que todo  varón  entre 18 y 59 años posea un fusil de asalto y munición en su casa a lo largo de todos esos años.
 Querido lector, como podrás comprobar no son dos simples factores los que convierten a una persona en un asesino masivo, son un conjunto de variables que van más allá de “la segunda enmienda americana”, van más allá de calificar a las persona como un “enfermo mental” o un “demonio que debe morir”. Quizás guarde más relación con la sociedad que en el día a día  vamos  forjando,  todos somos miembros de ella; como dice Durkheim, la sociedad cohesiona y ejercer sobre sus individuos, por ello sociedades individualistas,  donde eres “perdedor o ganador”,  donde eres “conmigo o contra mi”,  donde “se trabaja en grupo para obtener victorias individualistas”, donde “se desampara al débil”, donde se crean sistemas que permiten filtrar con más facilidad a personas que tras un largo proceso han acabado siendo los asesinos que hoy conocemos (no olvidemos que muchos de ellos avisaron, acudieron a un servicio de atención primaria, pero nadie llego hasta su persona).
Los hechos de Connecticut  no deben de caer en una burda caza de brujas, todo lo contrario, debemos ver más adentro de los ojos del asesino, aún más adentro….
… por ejemplo, en el cómo de nuestras palabras y nuestras relaciones, en los espacios que permiten compartir nuestras frustraciones y las de nuestro vecino, en nuestros votos políticos y las leyes que se aprueben, en nuestras relaciones familiares y en nuestra preocupación altruista por hacer de esta, una sociedad mejor; ya que una sociedad será “sana”, en la medida en la que sus miembros posean redes sociales de calidad y soportes sanitarios/educativos para prevenir su malestar. Al fin y al cabo “son las sumas de las partes, las que crean un todo”.

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