Cuando mis clientes
me preguntan sobre como lidiar con ciertos problemas complejos
siempre les digo que la solución está en ellos mismos y lo único
que necesitan es tiempo para entenderlo.
Cuentan que Albert
Einstein descubrió la teoría de la relatividad en un destello
intuitivo y para ello necesitó despegarse de la situación problema,
verlo con perspectiva y ser capaz de identificar la solución. Tomo
este ejemplo para explicar que no solo se trató que apareciera el
destello intuitivo en sí, sino que Eistein fuera capaz de separarse
del ruido de su cerebro, tomando distancia, para permitir que fluyan
las respuestas desde su subconsciente a su ser consciente.
Aprender a estar
solo y reconocer las reacciones de nuestros comportamientos (no solo
para controlar las reacciones emocionales exageradas) nos une a
nuestras emociones, sintiéndolas y verbalizándolas.
Gracias
a nuestro hemisferio derecho la creatividad, la imaginación y las
figuras que generan emociones, nos dan las pistas de lo que en verdad
queremos o al menos de otras formas de resolver la misma
situación. Si queremos dar paso a ello deberemos lidiar con nuestra
rigidez mental y filosófica, un sencillo método infalible para
evitar la rigidez mental es no enjuiciar a otras personas, evitar ser
ciego devoto de un partido político o un equipo deportivo. A menor
escala también puede ayudar el intentar hacer algo diferente, por
más minúsculo que sea, por ejemplo: En lugar de tomar siempre café
al menos un día a la semana tomemos té.
Como
decía Tal Ben-Shahar, la suma de todas estas pequeñas cosas
supondrá el decir “adiós” a la necesidad de tener razón y a la
necesidad de “no equivocarnos”. Por otra parte, dara paso a la
sensación de entender que no podemos ser los
mejores en todo pero podemos ser
mejores en todo, ya que no somos
nosotros compitiendo contra otros, somos nosotros superándonos a
nosotros mismos.
La
habilidad de engranar las distintas sensaciones y voces de uno mismo
es parte de un proceso que lleva toda la vida. No solo se limita a
sentirse y entenderse, ya que para madurarlo es necesario
INVOLUCRARNOS
con
lo que sabemos que, concienzudamente, es lo que debemos hacer. Es en
este punto donde el deber deja de formar parte de una “obligación
o simple debería” y se convierte en un compromiso para llegar a
nuestras metas. Por ejemplo, un cliente, del cual aprendo mucho,
siempre me habla de comer alimentos que nos hagan bien al alma y de
las buenas propiedades de la meditación. Sin embargo, es fumador de
tabaco. Dicha contradicción le impide sintonizar con el ser real que
quiere llegar a ser y a sí mismo lo engancha en un ciclo limitante.
Es que somos la suma de pequeñas cosas, decisiones y actividades,
por ello la capacidad de ARMONIZARLAS
es
el segundo estadío y el más largo de todos. Sentir y reflexionar es
la base, pero impulsarnos a la acción es lo que nos convierte;
comenzamos a creer que “podemos” y después podemos porque nos lo
“creemos”.
Por último para
aquellos que creen que es tarde para armonizar e involucrarse debo
decir que no lo es. A pesar de los antiguos estudios sobre
plasticidad neuronal, nuevas investigaciones (Sarah-Jayne Blakemore –
2013) señalan que nuestro cerebro durante toda la vida seguirá
experimentando cambios y será flexible.
Si estás
interesad@ en seguir desarrollando tus potenciales te invito a que
sigas nuestros artículos y nos escribas.
Fent Psicologia
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a, contraste y color. Aunque he intentado firmemente recorrerlo y he estado en lugares únicos, lo que más me llama la atención de este hermoso globo azul no son sus calles o su fauna es que nuestro amado globo tiene gravedad.
años pasan y nos deja de emocionar ver objetos subir y bajar, incluso nos molesta que las cosas se nos caigan al suelo. Es en ese momento cuando la gravedad pasa de ser algo fascinante que sortear a una cruda y fática obviedad a la que nos acostumbramos y olvidamos que está allí, simplemente la aceptamos como tal.
gravedad es como vivir en un mundo donde aceptamos las cosas tal como son (¿lo que nos ha tocado?) y nos negamos a sortear nuestra propia causalidad. Dejar de dar brincos es dejarnos ganar por lo que nos contrarresta cotidianamente. Es igual que aquel cuento donde había un elefante en el circo: “Desde pequeño le ataban a una cadena para que no se escapara y ya de mayor el elefante sucumbía a la costumbre y ya no intentaba tensar dicha cadena, ya que daba por hecho que nunca podría ser libre (¿cuantas veces aceptamos las cosas simplemente porque son así?)”.
onríes cuando piensas en lo maravilloso de saltar en paracaídas, si suspiras cuando flotas en el agua, si te gusta ese revoltijo en el estomago cuando el avión despega o si te resultaría fascinante flotar en el espacio: Pega un brinco y date a ti mismo una flamante sonrisa ya que no tienes porque aceptar los sucesos como un hecho de resignación. Cohabitar con nuestras propias “leyes newtonianas” no implica resignación, implica interacción, he intentos firmes de vuelo.
cuestionarme sobre el riesgo de circunscribir hitos importantes de nuestra vida: como el amor, la felicidad, la educación de los hijos, el desarrollo personal, al mezquino o grato riesgo de la suerte.
se busca al compañero equivoca
mar partido sobre las plantas y flores que queremos que adornen nuestro propio jardín. Cómo decía Erich Fromm el amor, que no el ser amado, es un arte y como tal requiere un esfuerzo y conocimiento.
n a conseguir un estado de bienestar (independiente del estado de plenitud parcial o total) y tildadme 














