lunes, 11 de agosto de 2014

Pegar brincos para burlar la gravedad

El planeta tierra es sin duda un lugar fascinante para habitar, lleno de millones de detalles, lleno de vid834277a, contraste y color. Aunque he intentado firmemente recorrerlo  y he estado en lugares únicos, lo que más me llama la atención de este hermoso globo azul no son sus calles o su fauna es que nuestro amado globo tiene gravedad.
La gravedad, es sin duda lo más emocionante de habitar aquí es como un dios que esta en todos lados, insufrible y dolorosamente difícil de superar, sólo por segundos gozamos de ganarle y es por esos segundos que el esfuerzo siempre lo vale. ¿Has visto a una persona que no sonría al dar
brincos? Yo no, porque todos disfrutamos de esa sensación de estado cero cuando se está fuera de tal poderosa ley física.
A los niños les fascina la gravedad, lanzan cosas por el aire solo para verlas caer, juegan tirando, arrastrando objetos, saltan sin más. La ilusión de un niño al columpiarse y sentir mariposas en el estomago es indescriptible; lastimosamente y sin darnos cuenta los225324_199747983394089_2021693_n años pasan y nos deja de emocionar ver objetos subir y bajar, incluso nos molesta que las cosas se nos caigan al suelo. Es en ese momento cuando la gravedad pasa de ser algo fascinante que sortear a una cruda y fática obviedad a la que nos acostumbramos y olvidamos que está allí, simplemente la aceptamos como tal.
He trabajo con personas con discapacidad, adolescentes, profesionales, personas de la tercera edad y a todos les sigue emocionando caprichosamente. Los talleres donde se ponen en juego el equilibrio, donde se brinca,donde se siente el estar libre de sujeción son los preferidos por adultos y no tan adultos, algunos de ellos tienen miedo, otros se ríen, pero todos se emocionan con el desafío (porque la vida también va de eso, de disfrutar del desafío).
Vivir en un mundo en donde nos olvidamos y simplemente convivimos con la abuelo-saltandogravedad es como vivir en un mundo donde aceptamos las cosas tal como son (¿lo que nos ha tocado?) y nos negamos a sortear nuestra propia causalidad. Dejar de dar brincos es dejarnos ganar por lo que nos contrarresta cotidianamente. Es igual que aquel cuento donde había un elefante en el circo: “Desde pequeño le ataban a una cadena para que no se escapara y ya de mayor el elefante sucumbía a la costumbre y ya no intentaba tensar dicha cadena, ya que daba por hecho que nunca podría ser libre (¿cuantas veces aceptamos las cosas simplemente porque son así?)”.
La vida es un continuo que cada segundo se transforma en realidad, las vicisitudes de la vida son un trámite, no un todo que nos deba transformar o moldear trágicamente. No tenemos porque aceptar nuestra “condición o fortuna”, ni tenemos que poner excusas para clamar por héroes cuando nosotros podemos ser pequeños héroes.
Así que amigo si aún sNono-mediodia-cumpleanos-AUGUSTO-CAMERANO_CLAIMA20131201_0061_14onríes cuando piensas en lo maravilloso de saltar en paracaídas, si suspiras cuando flotas en el agua, si te gusta ese revoltijo en el estomago cuando el avión despega o si te resultaría fascinante flotar en el espacio: Pega un brinco y date a ti mismo una flamante sonrisa ya que no tienes porque aceptar los sucesos como un hecho de resignación. Cohabitar con nuestras propias “leyes newtonianas” no implica resignación, implica interacción, he intentos firmes de vuelo.
Gustavo Rullier P.
Fent Psicología es un servicio  de atención Psicológica, Docencia y Life Coaching cuyo objetivo es mejorar la calidad de vida y promocionar el bienestar de la persona.